jueves, 29 de diciembre de 2011

Por la sustitución de esa moda solidaria

Por todos es sabido que España es un país solidario donde los haya. En cuanto hay una catástrofe natural o humanitaria, una de las naciones que más ayuda envía y más rápidamente, es España. Y no hablo de dinero exclusivamente, ya que los bomberos y médicos españoles, entre otros muchos, tienen unos cuantos sellos en el pasaporte por haber realizado varios viajes para ayudar a aquellos que más lo necesitan.

¿Que hay que poner dinero para cualquier cosa auspiciada por Naciones Unidas? Pues ahí está el Gobierno español de turno para poner más manteca que nadie. ¿Que ahora salen las estadísticas mundiales en cuanto a donaciones de órganos? Ahí está España en primera posición. ¿Que resulta que enviando la palabra 'AYUDA' desde tu móvil al número cual, se dona un 40% del importe del mensaje a las viudas y huérfanos de los criadores del mejillón austrohúngaro? Ahí están los españoles dejándose los pulgares con la vena del cuello a máximo rendimiento, mandando SMS como si nuestra vida dependiera de ello.

Pero a su vez, España es un país que destaca por copiar las modas y tradiciones de los demás países.

Porque a ver, ¿Qué mierda es eso de Halloween? Hace apenas diez años lo que se celebraba era la Fiesta de Todos Los Santos, y lo que se hacía era ir al cementerio a recordar a tus familiares, adecentar la lápida y poner flores. Para un estudiante, lo que se hacía a principios de curso era ver en qué día de la semana caía el 1 de noviembre, anhelando un 'puente' que nuestros hijos no volverán a vivir.

Sin embargo, ahora todo es distinto. Sales a la calle y ves a niños disfrazados de mamarrachos pegando gritos y, cuando explota el décimo petardo, ya te has preguntado cuatro veces por qué no cae una lluvia de fuego que limpie tanta tontería. Eso los más chicos. Porque las pintas de algunas adolescentes y preadolescentes son las de ir a la caza de la polla. Y la de los adolescentes, las de ir a la caza de la vagina, buscando sus paredes para pajearse y así darle un poco de descanso a una mano despellejada. Vamos, lo de siempre, pero con más maquillaje.

Lo mismo pasa con el gordo ese vestido de rojo. Vamos a ver. Aquí en España, lo tradicional, lo de toda la puta vida, son los Reyes Magos. Y los Reyes Magos vienen el 6 de enero, poniendo fin a la Navidad. Pero ahora no. Ahora también viene el Papá Noel de los Santos Cojones a dar por culo con su presencia y con la de sus cornudos acompañantes.

Pero cuando se juntan moda y solidaridad, tenemos una 'moda solidaria'. Y como todas las demás modas extranjeras, ésta se copia también en España.

Hablo de la moda esa que consiste en poner morritos en las fotos, sobre todo si estás de fiesta. Esta moda tiene un origen desconocido pero un trasfondo solidario. Porque todas esas personas que ponen los morritos están haciendo un bonito gesto, sí, aunque no lo parezca. Y es que están solidarizándose con todos los afectados por el Síndrome de Down, una enfermedad de componente genético que afecta a millones de personas en todo el mundo.

Porque sí. Es lo que parecen. Estas personas que ponen morritos tienen tan buen corazón que renuncian a salir atractivos/as en las fotos, renuncian a poner una sonrisa para la posteridad, renuncian a los principios estéticos más elementales para hacer un guiño a un colectivo discriminado que aún tiene mucha presencia por ganar en la sociedad.

Sin embargo, a pesar del buen trasfondo de esta iniciativa, yo, personalmente, abogo por sustituirla cuando sea posible. Sustituirla por otra moda que está pegando fuerte entre las jóvenes y que espero de corazón que se extienda y se implemente rápidamente por toda la geografía española. Aquí podemos ver un ejemplo:



Vale sí. No cuenta con el poso solidario que tiene eso de poner morritos para salir en las fotos lo más feo/a posible, pero no podemos negar que también tiene su encanto.

Ansioso estoy, expectante, a ver si esta moda cala en la juventud femenina.

martes, 13 de diciembre de 2011

Humor periodístico

Todos sabemos que la malinterpretación ha alcanzado ya el nivel de arte. Por más que te esfuerces en redactar una noticia del modo más aséptico posible, siempre habrá alguien que le busque los tres pies al gato y le dé la vuelta de tal forma que pueda parecer un texto pro- o anti- lo que sea. Y más aún con la bipolarización político-deportiva de la sociedad, donde abundan los trolls y los cibervoluntarios de un partido u otro. Una sociedad a la que, por lo general, se la trae floja y pendulona que España pueda tener a lo mejor hasta tres equipos de fútbol entre los 25 mejores del mundo y que no haya ninguna universidad española entre las 100 primeras de la lista.

Pero a veces, también se trollea un poco desde los medios, ya sea consciente o inconscientemente. Como ejemplo, una portada del 'Hola':



Y lo digo porque es público y notorio que la locución verbal no se encuentra entre las virtudes de esta noble señora, ya que al hablar se le entiende lo mismo que a John Benjamin Toshack tajao de anís y con tres mantecados de limón en la boca. Tampoco se le entienden muy bien sus bailes, porque cuando se arrancó después de su boda, uno, que no es ducho en esta materia, no sabía si eso eran unas sevillanas o el baile del gorila de Melody. Pero eso es otra historia.

El caso es que como uno tiene la mente sucia, pues no puede evitar imaginarse la redacción del 'Hola' descojonándose mientras cerraban el número. Porque no me puedo creer que nadie se diera cuenta de este pequeño detalle. Otra cosa es que quien le haga la última corrección haya puesto esta cara:



Y que, con buen criterio, lo haya dejado pasar para regocijo de todos los que apreciamos el humor periodístico.

jueves, 1 de diciembre de 2011

El Conde de Montecristo estaría orgulloso

Muchos veréis rencor y odio. Muchos os preguntáreis cómo una persona puede ser tan vengativa. Muchos compadeceréis a la pobre víctima. Muchos veréis la cabronada que supone.

Copio y pego:

Le tatúa a su novia una boñiga en la espalda para vengarse de que le era infiel

  • Le dijo que dibujaría en su espalda una escena de las Crónicas de Narnia.
  • La víctima no sospechaba que su novio estaba al tanto de su infidelidad.




Ryan Fitzgerald, un supuesto experto en tatuajes, ha sido demandado por su ex-novia, Brovent Rossie, quien solicita una indemnización de 100.000 dólares por el tatuaje de un excremento que le dibujó a traición en la espalda.

El acusado, vecino de Dayton (Ohio, EEUU), habría engañado a la mujer asegurándole que le tatuaría en la espalda una escena de las crónicas de Narnia (Obra literaria de C. S. Lewis), pero tras la sesión descubrió que le había tatuado una pila de excrementos rodeada de moscas.

El motivo de esta extraña decisión parece ser que la joven había sido infiel a Fitzgerald con uno de sus viejos amigos. El individuo, en vez de pedir explicaciones a su novia, decidió vengarse de manera cruel.

Para que no puediera exigirle una reclamación, hizo firmar a la mujer una clausula donde se recogía que el tatuaje se haría “a discreción del artista”. Ahora, ambos jóvenes dirimirán la cuestión ante la corte de Ohio.


Y yo seré un cabrón, pero lo que veo ahí es, aparte del talento artístico para dibujar, una mente tremendamente creativa e imaginativa. Porque señores, hay que ser un cabrón de los grandes para hacer esto, pero no se puede negar que hay que tener imaginación. Mucha imaginación. Y resaltar también la lucidez mental que supone idear esto y hacerle firmar una cláusula de consentimiento. Esto es una venganza y lo demás son tonterías.

El Conde de Montecristo estaría orgulloso.