martes, 30 de agosto de 2011

Los cuentos cambian que es una barbaridad

Más o menos todos hemos crecido con los cuentos como compañeros de viaje. Entre ellos muchísimos clásicos que todos hemos escuchado, leído o visto alguna vez. Entre los distintos ejemplos que se pueden poner está Blancanieves; Los Tres Cerditos (que adelantaron la burbuja inmobiliaria con tanta casita); Hansel y Gretel; Caperucita Roja etc. etc.

Pero los cuentos cambian que es una barbaridad. Siguiendo con el último ejemplo, todos conocemos la historia de Caperucita, una niña con buenas intenciones pero más miope que Rompetechos, hasta el punto de no distinguir entre una abuela y un lobo. De chicos primero y, los que tenemos sobrinos también ahora, nos hemos aprendido de memoria el argumento.

A raíz de ese argumento tan repetido, la 'historia' ha sufrido variaciones. De muchos es conocido el chiste:

-Lobo: "Caperucita, Caperucita, ¿dónde vas con esa cestita?"

-Caperucita: "Ar río a lavarme er coño"

-Lobo: "Hay que ver cómo ha cambiado el cuento..."

Independientemente de lo malo que sea, no es el único 'remake' que se ha hecho del cuento. Pero hay veces que es mejor no saber cómo es esa adaptación

viernes, 5 de agosto de 2011

Gloria eterna al fan desconocido

Todos hemos visto a hordas de quinceañeras y no tan quinceañeras con las hormonas como el cuentarrevoluciones del coche de Fernando Alonso berreando ante cualquier famosillo como perras en celo que quieren su ración de polla.

Por supuesto, también hay hombres capaces de romper el cordón de seguridad que les separa de su ídola con las manos atadas a la espalda. Sin embargo, hay personas a las que les mueve un sentimiento más puro, como el caso que os voy a presentar.

Para poneros en antecedentes, esta chavala es Emma Watson, conocida por protagonizar a Hermione Granger en las películas de Harry Potter:





Evidentemente, aquí está ya crecidita, porque cuando empezaron a rodarse las primeras peliculas de la saga Potter, era una niña. Tal que así:





Desde la segunda foto hasta la primera, a buen seguro pasaron muchas cosas en su vida, pero hay un momento que queremos destacar por encima de todos:

La fiesta de su 18º aniversario. El día que cumplió la mayoría de edad.

¿Y por qué? Pues muy sencillo. Emma Watson, como muchos jóvenes, lo celebró yéndose de fiesta y, como su economía se lo permitía, llego al lugar de celebración en la parte de atrás de un coche con asientos de piel. Hasta aquí, nada extraordinario. Pero algo pasó. Alguien que estaba por allí cerca gritó una palabra que lo cambió todo...




"¡¡¡ALOHOMORA!!!"








Esta palabra, que es el conjuro destinado a abrir puertas, cerraduras y demás, funcionó con ella hasta el punto de dejar poco a la imaginación. Si estáis pensando algo así como "hay que ver la pobre que la han cogido sin depilar", deciros que, aunque ya tenga una edad para ir limpita y rasuradita, la culpa es suya por no ponerse bragas.

Desconozco los motivos de esta moda, puede que sea por practicidad. Así, si un elegante y cortés caballero se acerca a ella y, después de una agradable conversación sobre si la posición filosófica de Nietzsche hubiera sido la misma de haber vivido en estos tiempos, el galante muchacho le susurra al oído: "¡¡Niñaaaa!! ¿Me zaco er medio kilo y te pongo a veinte uñah en er zervicio?", la chavala no pierde su valioso tiempo en quitarse la prenda.

Pero no nos desviemos del tema. Habíamos empezado esta entrada observando que hay personas que se vuelven locas con sus ídolos, pero que había gente con puros sentimientos. Que en vez de gritarles todas las posturas que podrían hacer juntos, se acercan tímidamente a pedir un simple autógrafo.

Como este caballero. Que sólo quiere una firmita sobre una foto de su actriz favorita.







Sí. No es un montaje. Le está dando a firmar sobre la foto de su fiesta de mayoría de edad.

Este hombre, este héroe, es todo un caballero. Es todo un ídolo. Es el verdadero protagonista de la foto. El verdadero protagonista de esta entrada. Gloria. Gloria a él.

Gloria eterna al fan desconocido.